No te lo mereces.
Hace tiempo ya que la tristeza se ha pegado a ella como una
segunda piel. Sus ojos no brillan como antes, y raro es el día en el sonríe. Ella
no puede más, necesita vivir, como la mayoría de los adolescentes de su edad.
Solo es una niña, no merece pasar por todas esas palizas que recibe
de ese infeliz. Pero ella calla y calla, porque tras esas peleas él le pide
perdón, y ella tan inocente, cree que no lo volverá a hacer. Pero día tras día
se da cuenta de que su cuerpo no aguanta más, por lo que un día, armada de
valor y valentía, consigue huir, volver con su familia, cambiar de vida.
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