domingo, 9 de febrero de 2014

Complemento de régimen.

Aquel sábado fue uno de esos escasos días en los que me despierto con ganas de hacer algo productivo. Mis ganas de montar en bicicleta aumentaban sin saber por qué, pues llevaba sin montar en ella meses y meses. Así que, llamé a un par de amigas y decidimos ir a dar un paseo con nuestras bicicletas.

Dicen que montar en bicicleta es una de esas cosas que nunca se olvidan, pero mientras pedaleaba, empezaba a dudarlo. El manillar se iba de un lado al otro, como si hubiese cobrado vida. Pero no era eso, no, simplemente había perdido un poco de práctica.

Mis amigas no paraban de reírse de mi forma de montar en bicicleta, pero yo no veía la gracia por ningún lado, por más que la buscara.

Tras un largo paseo en bici, regresamos a casa. Yo decidí hacerlo a pie, para evitar algún tipo de accidente.

A pesar del mal rato que pasé, fue una buena mañana acompañada de unas buenas amigas.